
“¿Así voy a pasar todo el verano?”, pensaba mientras estaba tumbado boca arriba, con una toalla mojada en la frente y una ventana por la que entraba aún más calor. No tenía aire acondicionado ni podía permitirme pagar facturas altas. Con ese calor no podía trabajar, no podía dormir, no podía funcionar como una persona normal. Estaba agotado.
Probé todo lo que no requería instalación (y no me dejara en bancarrota)
¿Un ventilador? Solo mueve el aire caliente. ¿Un bol de hielo delante? No sirve. ¿Aire acondicionado? Caro, ruidoso y nada práctico para un piso pequeño de alquiler. No quiero hacer agujeros en la pared ni pagar una fortuna en electricidad. Y tampoco quiero despertarme cada mañana con la garganta seca.
Entonces encontré algo diferente
Parece una cajita, casi como un altavoz. Se llama CoolBox24. Funciona con agua, no hace ruido y apenas consume electricidad. Leí reseña tras reseña y todos decían lo mismo: “No esperaba tanta frescura de algo tan pequeño”.
Decidí arriesgarme. Lo pedí. Pensé: “Como mucho, lo devuelvo”.
Para mi sorpresa, llegó bastante rápido.
Enchufé el cable y... ¡sorpresa!
Sinceramente, no esperaba milagros. Pero la primera vez que lo conecté en mi escritorio, noté una diferencia real: el aire se volvió más fresco. Sin zumbidos, sin sequedad. Simplemente... la habitación empezó a sentirse agradablemente fresca.
Luego lo puse junto a la cama. Por primera vez en días dormí profundamente. No me giré toda la noche, no me desperté hecho polvo. Simplemente dormí bien.
¿Lo mejor?
Apenas consume electricidad y no requiere mantenimiento
CoolBox24 funciona solo con agua normal. Sin freones, sin compresores, sin filtros. Se limpia en segundos. Lo conectas al portátil, al enchufe o a una batería externa – y te olvidas de que está ahí.
Mis facturas no aumentaron nada, y mi comodidad al menos se duplicó. Incluso me lo llevé de viaje – cabe fácilmente en una bolsa, es ligero y funciona genial en un hotel.
Pedí otro para mi madre
Vive sola y no soporta los aires acondicionados – siempre le resecan la nariz y la garganta. Le mandé el CoolBox24 sin decirle qué era. Dos días después me llama diciendo: “Carlos, ¿de dónde sacaste esto? ¡Por fin puedo dormir bien!”
No sé si este pequeño aparato cambiará tu vida, pero seguro que hará tu verano mucho más llevadero. Sin instalación, sin facturas, sin complicaciones.
Si tú también luchas contra el calor en el dormitorio, en la casa de campo o en la caravana – y no quieres gastar en tecnología cara – CoolBox24 vale cada céntimo.
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Consulta las unidades disponibles en la web oficial: CoolBox24